De todos los temas de los que podemos ventilar por aquí, considero éste uno de los
más importantes, tan importante que desearía que la mayoría de mis lectores, en
esta ocasión, fueran niños y/o adolescentes, ya que son los adultos del mañana.
Por qué este ínteres?
Porque durante nuestra infancia, oímos a los adultos a nuestro alrededor hablar de trabajo, empleo, profesión, oficio; hablando de “ganarse la
vida” (interesante expresión… desde aquí ya se inician nuestros patrones de
pensamientos equivocados), porque hay que “hacer dinero” para vivir (traducción
literal del inglés “making money”; si
todos “hiciéramos dinero”, nadie sería pobre, verdad?).
También, desde que nuestra memoria comenzó a registrar nuestras experiencias, observamos a Mamá y Papá quejarse de tanto trabajar con
regularidad. Es decir, que en la mayoría de los casos, trabajo/empleo era
sinónimo de una obligación acompañada de pesar o de sacrificio,
porque “no había de otra” y había que comer y pagar la renta/hipoteca, entre
otras cosas. Es decir, que trabajar era, o es, la fuente para generar ingresos más común para sufragar los gastos básicos del diario vivir, excluyendo de esta ecuación el disfrutarlo al mismo tiempo.
Si nos sentamos a meditar al respecto, llegamos a la conclusión de que
el trabajo/empleo resulta ser –de nuevo, en la mayoría de los casos- una
obligación no-deseada, una imposición social (si no trabajas, la gente se
cuestiona de qué vives, y tu status social
se pone en tela de juicio), además de ser el modus vivendi que te ofrece seguridad/estabilidad aunque implique
falta de satisfacción. Nuestros padres/guardianes/tutores nos educan con esta mentalidad: la
mentalidad de que el trabajo es un deber obligatorio, y que si no trabajamos,
cómo carajos vamos a vivir.
Hasta ahora hemos resaltado el patrón de pensamiento común y corriente.
Vamos hablar ahora de la excepción de este patrón. En muy raras ocasiones,
teniendo en cuenta el número de almas que habitan este planeta, nacen genios, personas
especialmente talentosas, seres humanos con super poderes, individuos
intelectualmente brillantes, y precisamente por ser extraordinarios, pensamos
que son prodigios de la Madre Naturaleza, que estos seres nacieron para ser y
hacer lo que hacen, y que no tienen otra opción que cumplir con su “destino”.
Me ha tomado 50 años darme cuenta de esta equivocación, que nos ha
costado la alegría y la satisfacción de vivir, y es por esto que escribo hoy este
artículo, con la esperanza de que una madre, un padre, el tutor de ese pequeñ@
niñ@, lo lea y lo ponga en práctica, motivando a su(s) hij@(s) a desarrollar
su(s) talento(s).
Todos, absolutamente TODOS, hemos nacido con uno o más talentos, sin ninguna
excepción. Talentos que van desde los de un Einstein hasta los de un Jack El
Destripador (sí, hasta para ser asesino en serie el talento es imprescindible).
Así de simple!
Nos programan de tal manera cuando somos niños que nuestros talentos
quedan rezagados/adormecidos, y en ocasiones nos tachan de que nos “falta
un tornillo” si llegamos a ser lo suficientemente perseverantes y continuamos en lo mismo.
Cuántas personas hemos escuchado decir: “Pero mi padre/madre me dijo que NO
PODÍA SER o HACER ESO”?
Y ahí nos quedamos, pensando que algo anda mal con nosotros porque soñamos
con hacer eso que para nuestros progenitores o los adultos que nos cuidan es una insensatez, una locura, una idea que no tiene cabellos (descabellada,
Ja!). Y nos RESIGNAMOS a ir a la universidad, o a la escuela técnica, para
graduarnos de alguna profesión u oficio que nada tiene que ver con nuestros talentos, porque los viejos dicen que esa es la forma correcta de “ganarse la
vida”. Así se engavetan sueños y anhelos, y la motivación de vida se evapora, y el/los don(es) con el/los que nuestro Divino
Creador nos invistió se disfraza(n) de olvido, muriendo eventualmente en/con
nosotros.
NO, NO, y NO!!! Aún estamos a tiempo porque nunca es tarde si la dicha es
buena! Y la dicha de realizar nuestros sueños SIEMPRE es buena, saludable,
positiva, motivante. AÚN ESTÁMOS A TIEMPO!
El párrafo anterior es para aquellos que sí saben YA (o desde siempre)
cuál(es) es/son ese/esos talento(s). Para los que aún están indecisos, solo tienen que hacerse la siguiente pregunta: QUÉ HAGO QUE CUANDO LO HAGO EL TIEMPO Y EL
ESPACIO DEJAN DE EXISTIR? Sin lugar a dudas, ESE es tu talento! (o al menos, uno
de ellos). Por ejemplo, para esta servidora, el tiempo no existe cuando
escribe. Solo escucha sus pensamientos, disfruta profundamente el proceso de
editarlos, sintiéndose realizada y feliz al concluir su obra.
El hecho de ejercer nuestros talentos y compartirlos con el resto
de la humanidad, origina una serie de “síntomas” saludables y beneficiosos para nosotros y para todos los que nos rodean. Hay varios artículos al respecto en la
red, que se pueden resumir en las siguientes líneas:
Cuando somos/estamos felices, nuestros organismos liberan hormonas que
emanan ese estado sublime en el que estamos, y las personas que nos rodean lo perciben, beneficiándose indirectamente de éste. Es decir, que ese
estado exclusivamente personal tiene “efectos secundarios” tanto en nosotros mismos como en los demás, repercutiendo en nuestro ambiente superlativamente.
Alguna vez has exclamado: “Me encanta estar con (…) porque siempre está
feliz!” o, mejor aún, “Me encanta estar con (…) porque ME HACE SENTIR feliz!”? Y es que literalmente es así. Las personas felices “embriagan” a los demás sin ni siquiera intentarlo. La siguiente es una burda comparación pero un tanto precisa: Has escuchado la expresión “está en celo” o “está en calor”, haciendo
referencia al animal hembra cuando está lista para aparearse y procrear? Los machos de su misma especie suelen literalmente “olerla”, pronosticando así su tan esperado apareamiento. Podemos decir que lo mismo ocurre cuando
somos/estamos felices. La gente nos "huele"!
En resumen, te invito a descubrir tus talentos. Defínelos, cultívalos, compártelos.
Aquello que, sin duda alguna, te encanta, te fascina, y eres capaz de ser/hacerLO con poco o ningún esfuerzo, es tu TALENTO. Los beneficios son innumerables y
todos positivos. Tu(s) talento(s) es la música que llevas por dentro. No mueras
sin que los demás la escuchen y disfruten.
Finalmente, vas a SER FELIZ!
~ DeMiSDeTi ~