Por Favor, Pase Adelante!

Bienvenidos al Hospital Para El Alma!

Hoy en día, la mayoría de nosotros los seres humanos buscamos perseveranteMENTE en fuentes externas las respuestas a tantas preguntas existenciales que revolotean en nuestras MENTEs, cuando esas respuestas sólo podemos encontrarlas en nuestro propio universo interior.

La mayoría son preguntas de vital transcendencia para cada uno individualMENTE, y cuyas respuestas definen, en mayor o menor grado, qué tan satisfechos nos sentimos de vivir. Las respuestas que encontramos, o hemos encontrado a nuestro paso, pertenecen a otros que sencillaMENTE se atrevieron a expresarlas públicaMENTE.

En el Hospital Para El Alma encontrarás pautas y/o consejos para ayudarte en la búsqueda de TU Verdad. Te invitamos a pasar; a sentarte tranquilaMENTE en el lugar que prefieras, y leer lo que se ha escrito, con el propósito de que finalMENTE la encuentres.

DEMiSDETi (Dios En Mi Saluda Dios En Ti).

Wednesday, March 9, 2016

LA MÚSICA QUE LLEVAS DENTRO

  De todos los temas de los que podemos ventilar por aquí, considero éste uno de los más importantes, tan importante que desearía que la mayoría de mis lectores, en esta ocasión, fueran niños y/o adolescentes, ya que son los adultos del mañana. Por qué este ínteres?
  Porque durante nuestra infancia, oímos a los adultos a nuestro alrededor hablar de trabajo, empleo, profesión, oficio; hablando de “ganarse la vida” (interesante expresión… desde aquí ya se inician nuestros patrones de pensamientos equivocados), porque hay que “hacer dinero” para vivir (traducción literal del inglés “making money”; si todos “hiciéramos dinero”, nadie sería pobre, verdad?).
  También, desde que nuestra memoria comenzó a registrar nuestras experiencias, observamos a Mamá y Papá quejarse de tanto trabajar con regularidad. Es decir, que en la mayoría de los casos, trabajo/empleo era sinónimo de una obligación acompañada de pesar o de sacrificio, porque “no había de otra” y había que comer y pagar la renta/hipoteca, entre otras cosas. Es decir, que trabajar era, o es, la fuente para generar ingresos más común para sufragar los gastos básicos del diario vivir, excluyendo de esta ecuación el disfrutarlo al mismo tiempo.
  Si nos sentamos a meditar al respecto, llegamos a la conclusión de que el trabajo/empleo resulta ser –de nuevo, en la mayoría de los casos- una obligación no-deseada, una imposición social (si no trabajas, la gente se cuestiona de qué vives, y tu status social se pone en tela de juicio), además de ser el modus vivendi que te ofrece seguridad/estabilidad aunque implique falta de satisfacción. Nuestros padres/guardianes/tutores nos educan con esta mentalidad: la mentalidad de que el trabajo es un deber obligatorio, y que si no trabajamos, cómo carajos vamos a vivir.
  Hasta ahora hemos resaltado el patrón de pensamiento común y corriente. Vamos hablar ahora de la excepción de este patrón. En muy raras ocasiones, teniendo en cuenta el número de almas que habitan este planeta, nacen genios, personas especialmente talentosas, seres humanos con super poderes, individuos intelectualmente brillantes, y precisamente por ser extraordinarios, pensamos que son prodigios de la Madre Naturaleza, que estos seres nacieron para ser y hacer lo que hacen, y que no tienen otra opción que cumplir con su “destino”.
  Me ha tomado 50 años darme cuenta de esta equivocación, que nos ha costado la alegría y la satisfacción de vivir, y es por esto que escribo hoy este artículo, con la esperanza de que una madre, un padre, el tutor de ese pequeñ@ niñ@, lo lea y lo ponga en práctica, motivando a su(s) hij@(s) a desarrollar su(s) talento(s).
  Todos, absolutamente TODOS, hemos nacido con uno o más talentos, sin ninguna excepción. Talentos que van desde los de un Einstein hasta los de un Jack El Destripador (sí, hasta para ser asesino en serie el talento es imprescindible). Así de simple!
  Nos programan de tal manera cuando somos niños que nuestros talentos quedan rezagados/adormecidos, y en ocasiones nos tachan de que nos “falta un tornillo” si llegamos a ser lo suficientemente perseverantes y continuamos en lo mismo. Cuántas personas hemos escuchado decir: “Pero mi padre/madre me dijo que NO PODÍA SER o HACER ESO”?
  Y ahí nos quedamos, pensando que algo anda mal con nosotros porque soñamos con hacer eso que para nuestros progenitores o los adultos que nos cuidan es una insensatez, una locura, una idea que no tiene cabellos (descabellada, Ja!). Y nos RESIGNAMOS a ir a la universidad, o a la escuela técnica, para graduarnos de alguna profesión u oficio que nada tiene que ver con nuestros talentos, porque los viejos dicen que esa es la forma correcta de “ganarse la vida”. Así se engavetan sueños y anhelos, y la motivación de vida se evapora, y el/los don(es) con el/los que nuestro Divino Creador nos invistió se disfraza(n) de olvido, muriendo eventualmente en/con nosotros.
  NO, NO, y NO!!! Aún estamos a tiempo porque nunca es tarde si la dicha es buena! Y la dicha de realizar nuestros sueños SIEMPRE es buena, saludable, positiva, motivante. AÚN ESTÁMOS A TIEMPO!
  El párrafo anterior es para aquellos que sí saben YA (o desde siempre) cuál(es) es/son ese/esos talento(s). Para los que aún están indecisos, solo tienen que hacerse la siguiente pregunta: QUÉ HAGO QUE CUANDO LO HAGO EL TIEMPO Y EL ESPACIO DEJAN DE EXISTIR? Sin lugar a dudas, ESE es tu talento! (o al menos, uno de ellos). Por ejemplo, para esta servidora, el tiempo no existe cuando escribe. Solo escucha sus pensamientos, disfruta profundamente el proceso de editarlos, sintiéndose realizada y feliz al concluir su obra.
  El hecho de ejercer nuestros talentos y compartirlos con el resto de la humanidad, origina una serie de “síntomas” saludables y beneficiosos para nosotros y para todos los que nos rodean. Hay varios artículos al respecto en la red, que se pueden resumir en las siguientes líneas:
Cuando somos/estamos felices, nuestros organismos liberan hormonas que emanan ese estado sublime en el que estamos, y las personas que nos rodean lo perciben, beneficiándose indirectamente de éste. Es decir, que ese estado exclusivamente personal tiene “efectos secundarios” tanto en nosotros mismos como en los demás, repercutiendo en nuestro ambiente superlativamente.
  Alguna vez has exclamado: “Me encanta estar con (…) porque siempre está feliz!” o, mejor aún, “Me encanta estar con (…) porque ME HACE SENTIR feliz!”? Y es que literalmente es así. Las personas felices “embriagan” a los demás sin ni siquiera intentarlo. La siguiente es una burda comparación pero un tanto precisa: Has escuchado la expresión “está en celo” o “está en calor”, haciendo referencia al animal hembra cuando está lista para aparearse y procrear? Los machos de su misma especie suelen literalmente “olerla”, pronosticando así su tan esperado apareamiento. Podemos decir que lo mismo ocurre cuando somos/estamos felices. La gente nos "huele"!
  En resumen, te invito a descubrir tus talentos. Defínelos, cultívalos, compártelos. Aquello que, sin duda alguna, te encanta, te fascina, y eres capaz de ser/hacerLO con poco o ningún esfuerzo, es tu TALENTO. Los beneficios son innumerables y todos positivos. Tu(s) talento(s) es la música que llevas por dentro. No mueras sin que los demás la escuchen y disfruten.

  Finalmente, vas a SER FELIZ!


~ DeMiSDeTi ~