Por Favor, Pase Adelante!

Bienvenidos al Hospital Para El Alma!

Hoy en día, la mayoría de nosotros los seres humanos buscamos perseveranteMENTE en fuentes externas las respuestas a tantas preguntas existenciales que revolotean en nuestras MENTEs, cuando esas respuestas sólo podemos encontrarlas en nuestro propio universo interior.

La mayoría son preguntas de vital transcendencia para cada uno individualMENTE, y cuyas respuestas definen, en mayor o menor grado, qué tan satisfechos nos sentimos de vivir. Las respuestas que encontramos, o hemos encontrado a nuestro paso, pertenecen a otros que sencillaMENTE se atrevieron a expresarlas públicaMENTE.

En el Hospital Para El Alma encontrarás pautas y/o consejos para ayudarte en la búsqueda de TU Verdad. Te invitamos a pasar; a sentarte tranquilaMENTE en el lugar que prefieras, y leer lo que se ha escrito, con el propósito de que finalMENTE la encuentres.

DEMiSDETi (Dios En Mi Saluda Dios En Ti).

Sunday, December 25, 2011

Las Palabras Son Sonidos

DEMiSDETi
(Dios En Mi Saluda Dios En Ti)
En los últimos meses he estado meditando concienzudamente acerca de la trascendencia de las palabras. Las palabras son sonidos que emitimos. Sonidos…
Mentalmente me trasporté al principio de los tiempos, al comienzo mismo de la civilización, y traté de imaginar cómo el hombre se comunicaba en aquella época. Imaginé que lo hacia emitiendo sonidos y señales.  También imaginé que la intensidad o duración de esos sonidos y/o señales determinaba la gravedad del caso. Estamos hablando de expresar propiamente todas las emociones que podían experimentar aquellos hombres: miedo, hambre, soledad, tristeza, agonía, dolor, satisfacción, angustia, alegría, cansancio, entusiasmo, energía, etc.  Sonidos singulares, combinados con emociones, eran su “lenguaje”, y creo que aquí empezó la importancia, la trascendencia, de "hablar "precisa y correctamente. Un mensaje incorrecto y se perdía la guerra!
Es sabido que el sonido tiene propiedades como frecuencia y vibración, por mencionar dos. Qué es la voz, o mejor dicho, cómo se produce? A voluntad, el aire que respiramos regresa hacia afuera, por la laringe, tocando las cuerdas vocales, produciendo sonidos que llamamos palabras. Estas palabras expresan lo que sentimos y lo que pensamos, y dependiendo del énfasis, de la intensidad, que ponemos en ellas, transmitimos un determinado mensaje, más o menos efectivamente.
Es por eso que debemos cuidar lo que hablamos. Es por eso también que las palabras tienen su propia energía. Es por lo mismo que cuando alguien pronuncia una palabra, sin decir nada mas,  una imagen que se relaciona con la misma, aparece casi simultáneamente, en la mente del oyente. De hecho, la prueba psicoanalítica de Rorschach se basa en este concepto, pero a la inversa: se muestra una imagen, y el observador (paciente) expresa lo que cree esa imagen representa. Digo “Amor”, que piensas? Digo “Guerra”… que piensas? Digo “Paz”… y ahora? “Éxito”? “Infancia”? “Hambre”? Creo que si estas palabras se pronunciaran frente a un grupo de personas, casi todas proyectarían esencialmente la misma imagen, si sus pensamientos pudieran plasmarse en una pantalla.
Es importante resaltar que cada individuo imagina de acuerdo a las experiencias vividas. Por ejemplo, si un vagabundo oye la palabra “comida”, quizás solo piense en ese pedazo de pan o ese vaso de leche que le calmara el hambre. Mientras que, una persona que está acostumbrada a comer todos los días, pensara en su plato favorito.  Puedo imaginar, de vuelta al principio de la civilización, cómo alguien que había sido atacado por algún animal salvaje, reaccionaba aterrorizado, al escuchar el sonido que caracterizaba a ese animal; mientras que otro individuo que había tenido éxito cazando el mismo animal, al escuchar ese mismo sonido, podría sentirse poderoso, y hasta motivado a intentarlo de nuevo.
Cuando uno se da cuenta de la trascendencia, de la importancia, de las cosas -de cualquier cosa!- uno las toma en serio, y ya no actúa mecánicamente, sino conscientemente. Y esta es la razón de este artículo. Creo que la mayoría de los seres humanos hemos oído hablar del poder de la palabra, de cuidar lo que se dice, de que una palabra puede herir mas que un golpe, pero no han hecho consciencia al respecto. Las palabras no son meros sonidos; me atrevería a decir que tienen “vida”, y son poderosísimas.
Estamos pasando por una etapa de transición única e inigualable. Cada gesto, cada acción, cada palabra es significativo, esta contribuyendo a que esa transición se lleve a cabo más efectivamente, y con el mínimo de efectos secundarios, por llamarlo de alguna manera. Estamos cerca de darle la bienvenida al tan esperado año 2012, entonces, por qué no hacerlo con consciencia? Por qué no comenzarlo cuidando lo que decimos, no solo porque podemos herir alguien, o por evitar el dar una mensaje equivocado a quien nos escucha, sino porque que lo que decimos, como tiene vibración y frecuencia, atraerá a sus iguales, afectándonos amplificadamente?
En otras palabras, por que hablar de Odio, cuando podemos hablar de Amor? Por qué hablar de Guerra cuando podemos acerca de la Paz? Por qué de Escasez, cuando podemos hablar de Abundancia? En el peor de los casos, podemos callar.  Alguna vez has observado como hay partículas que se adhieren a tu ropa, o a tu pelo, sin ninguna de las partes ser inherentemente magnéticas, entiéndase ni tú ni la partícula ser imanes? Es exactamente lo que ocurre con las palabras que decimos que, nuevamente, son sonidos que emitimos. Atraen sus iguales, los sonidos que tienen similar vibración y frecuencia, y se van haciendo más potentes, más intensos, tal y como una bola de nieve crece y crece cuando se desliza en descenso por una montaña.
Cuando hablo de carencias, ese sentimiento impregnado en mis palabras, esa tonalidad con la que hablo, la fuerza de mi expresión, se traslada a través del aire, en la atmosfera, como sonido que es, unificándose a sonidos de similares características para, eventualmente, transmitir su mensaje. Vamos a tratar de ejemplificarlo de esta manera: estamos visitando un amigo en el hospital, que acaba de ser operado. Causalmente (no, no es un error tipográfico), hemos estado en la misma situación, y en vez de hablar de cómo nos recuperamos sin mayores inconvenientes, comenzamos hablar de lo complicado de la cirugía, del descuido de cierta enfermera, de lo desagradable que resultó el proceso de recuperación, etc. Cómo crees que se sentirá el amigo, el paciente? No solo por lo que decimos en ese mismo momento, sino porque estamos en un hospital, donde la mayoría de las personas están convalecientes, y donde posiblemente se hayan hechos comentarios muy similares al nuestro. Probablemente, el paciente se sienta abrumado o preocupado. Tus comentarios, unidos a todos los comentarios similares, hechos no solo en ese el hospital, sino en todos los hospitales alrededor del mundo, se unifican, se refuerzan unos con otros, y el sentimiento de restablecimiento de la salud se afecta, es socavado. El que no veamos como esto ocurre, no quiere decir que no ocurre. No vemos como viajan las señales digitales, pero estamos seguros de que nuestro equipo LCD las captara cuando lo encendamos.
Moraleja: cuida lo que dices, para tu bien y el bien de todas las personas con las cuales te relacionas. Esto que acabo de explicar es solo otro enfoque del poder de la palabra, y otra aplicación de la Ley de Atracción. Lo que dices tiene “vida”, y es causa de mucho de lo que experimentas después, como consecuencia de ello.
Personalmente, practico el silencio, el silencio del sabio. Hace tiempo me di cuenta de que la razón por la cual tenemos dos oídos y solo una boca, es para que escucháramos más, y habláramos menos. También, los invito a recitar mantras. Los mantras son sonidos especiales, originalmente en el antiguo lenguaje sanscrito, que encierran una energía poderosa y efectivísima.
Lo que aquí  hablo es viejo bajo el sol. Quizás, sola la forma en que lo digo resulte nueva. Espero que lean esto antes del comienzo del nuevo año 2012, para que lo reciban con esta consciencia, y de ahí en adelante no decir ni una palabra en vano! NAMASTE.