Desde niña me ha
apasionado la "vida" de Jesús El Cristo, al punto de que he pensado que estuve encarnada en la época histórica donde llevó a cabo Su ministerio y era una de sus discípulas más
cercanas. Es que, de todos
los Avatares nacidos (= encarnados), Jesús, Emmanuel o Yeshua, ha sobrepasado fronteras
y culturas, permaneciendo “vivo” época tras época desde su “nacimiento”.
Hoy, voy a poner en
tela de juicio la existencia del Maestro (así haré referencia a este Hombre sin
precedentes); de ahí que, ciertos términos empleados estarán entre comillas. Por
ejemplo, el Maestro no pudo haber “nacido” si nunca existió. Correcto?
Comienzo expresando mi
total admiración hacia aquel(los) que Le “creó” (“crearon”). Aquel(los) ser(es)
debió(eron) sentir un amor divinamente incondicional por sus semejantes (me niego a aceptar que el motivo sea diferente), con
una(s) mente(s) brillantísima(s), con una imaginación extraordinaria porque
para “inventar” a un hombre con las cualidades que se le atribuyen al Maestro, COMPLETAMENTE
PERFECTO en todo el sentido de la palabra, con sabiduría inigualable y que, a
pesar de los cambios generacionales, de los eventos históricos, de la ubicación
geográfica, su ministerio fuera siempre válido y aplicable, hay que ser genial!
Si es así, entonces
quiero saber el por qué. Cuál es el objetivo de esta mentira de alcance mundial?
Cuál es la imperante necesidad de seguir echando leña al fuego sobre la “historia”
de un hombre que nunca ha existido? Leyes y mitos tienen un punto final, pero al parecer no es así con éste del que estoy escribiendo. Por qué?
Es probable que la
respuesta a este por qué siga oculta o ignorada. Sin embargo, voy a
especular al respecto. Sea mito o realidad, el Maestro es un modelo perfecto de comunión entre humanidad y divinidad. Tan perfecto, que no importa el idioma o las
costumbres o la cultura, o las circunstancias, Sus Enseñanzas son prácticamente
aplicables.
Es/era necesario un modelo
ejemplar, divino, para que nos sirva/sirviera de guía, de punto de referencia y
tengamos/tuviéramos una idea de cómo debemos/debiéramos
de ser para evolucionar espiritualmente. El cuerpo, la carne, lo físico, no
evoluciona; sí muta, pero no evoluciona, entendiéndose por evolución la
transformación en algo superior o mejor.
Sin importar el campo
del Conocimiento de preferencia, es un hecho que tenemos una naturaleza dual:
carne y espíritu. Como señalé en el párrafo anterior, la carne muta, pero no
asciende, además de ser efímera. El espíritu asciende, es eterno, y trasciende
espacio y tiempo en una constante y continua evolución. Mientras la carne se “guía”
más bien por instintos, el espíritu divaga en el éter, alimentándose de las
experiencias y de los estados mentales y emocionales hasta alcanzar la Ascensión
deseada.
Esto es el porqué de
la “existencia” del Maestro Jesús El Cristo. Invención humana o no, Sus Enseñanzas
dan en el clavo sin importar el tiempo ni el espacio. Quiénes somos es
irrelevante cuando se trata de quién fue este Hombre, imaginario o no.
Es innegable el hecho
de que si seguimos estas Enseñanzas, seremos humanos extraordinariamente sanos,
amorosos, libres, felices, prósperos, hacedores
de milagros, abundantemente ricos, y por ahí sigue la lista!
Al final, lo importante
es que tenemos un punto de referencia para hacer de nuestras vidas lo que
nuestro Creador Universal intentó que fueran desde el Principio de los Tiempos:
vivir en un paraíso terrenal!
Tú decides!
~ DeMiSDeTi ~
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