Las ideas que siguen han sido copiadas del libro "Tu Fe Es Tu Fortuna" escrito por Neville Goddard, 1941, publicado en español por Ediciones Obelisco en marzo de 2008. ISBN: 978-84-9777-447-5. La intención aquí es obvia: difundir esta enseñanza.
La oración es la experiencia más maravillosa que una persona puede tener. A diferencia de los susurros diarios de la gran mayoría de la humanidad de todas las regiones que, con sus vanas repeticiones, espera que Dios la oiga, la oración es el éxtasis de una boda espiritual que tiene lugar en la profunda y silencionsa quietud de la consciencia. En su verdadero sentido, la oración es [como una] ceremonia de matrimonio con Dios.
Los Evangelios han instruido claramente a las personas sobre la realización de esta ceremonia de la siguiente manera: "Cuando reces, entra en tu habitación, cierra la puerta, y ora en secreto a tu Padre, y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público" (Evangelio de Mateo 6:6).
Del mismo modo que en la noche de bodas solamente se permite que entren el novio y la novia en una habitación tan sagrada como la suite nupcial, tampoco se permite que nadie, excepto la persona que reza y aquello por lo que reza, entre en el momento sagrado de la oración. De la misma manera que al entrar en la suite nupcial el novio y la novia cierran la puerta al mundo exterior, también la persona que entra en el momento sagrado de la oración debe cerrar la puerta a los sentidos y dejar al mundo que le rodea absolutamente fuera. Esto se logra alejando la atención completamente de todas las cosas que no sean aquello de lo que ahora estás enamorad@ (la cosa deseada).
La segunda fase de esta ceremonia espiritual está definida en estas palabras: "Cuando recen, crean que han recibido [ya] y recibirán". Cuando crees alegremente ser y poseer aquello que deseas ser y tener, has dado este segundo paso y, por lo tanto, estás realizando espiritualmente [los] actos de matrimonio y generación.
Perdid@ en la contemplación... de la cosa [deseada], todo tu ser se emociona con alegría de ser eso [que contemplas]. Esta emoción que recorre todo tu ser cuando te apropias de la consciencia de tu deseo es la prueba de que estás [felizmente casad@]. *
Millones de plegarias se quedan sin responder a diario porque el ser humano le reza a un Dios [externo] que no existe. Puesto que [tu propia] consciencia es Dios, un@ debe buscar en la consciencia la cosa deseada adoptando la consciencia de la cualidad que un@ desea. Solo cuando [...] [se] hace esto, sus plegarias son respondidas. Ser consciente de ser pobre mientras un@ reza para tener riqueza es ser recompensando con aquello que un@ es consciente de ser; es decir, con pobreza. Para que las oraciones tengan éxito deben ser afirmadas y apropiadas. Adopta la consciencia positiva de la cosa deseada.
Cuando tengas tu deseo definido, entra silenciosamente en tu interior y cierra la puerta detrás de tí [este acto de cerrar la puerta puede ser simbólico, como cerrar los ojos, o literal]. Piérdete en tu deseo; siente que eres un@ con éste [cásate con éste, entrégate a éste como la novia al novio] [...] hasta que hayas absorbido [su esencia, su] vida (...) afirmando y sintiendo que eres y tienes lo que deseabas. Cuando salgas de tu momento de oración, debes hacerlo consciente de ser y poseer aquello que hasta este momento deseabas.
Hasta la próxima,
Arivle, un espíritu encarnado
* El acto sexual que tiene lugar entre los casados se realiza con el objetivo de (pro)crear, de (re)producir, de (gen)erar, y es muy similar al acto de orar cuando, en contemplación, un@ se fusiona con lo que desea. El placer que se experimenta durante dicho acto es secundario y resultado de lo que se siente, tal y como la satisfacción que se experimenta al tener lo que se desea.
