Por Favor, Pase Adelante!

Bienvenidos al Hospital Para El Alma!

Hoy en día, la mayoría de nosotros los seres humanos buscamos perseveranteMENTE en fuentes externas las respuestas a tantas preguntas existenciales que revolotean en nuestras MENTEs, cuando esas respuestas sólo podemos encontrarlas en nuestro propio universo interior.

La mayoría son preguntas de vital transcendencia para cada uno individualMENTE, y cuyas respuestas definen, en mayor o menor grado, qué tan satisfechos nos sentimos de vivir. Las respuestas que encontramos, o hemos encontrado a nuestro paso, pertenecen a otros que sencillaMENTE se atrevieron a expresarlas públicaMENTE.

En el Hospital Para El Alma encontrarás pautas y/o consejos para ayudarte en la búsqueda de TU Verdad. Te invitamos a pasar; a sentarte tranquilaMENTE en el lugar que prefieras, y leer lo que se ha escrito, con el propósito de que finalMENTE la encuentres.

DEMiSDETi (Dios En Mi Saluda Dios En Ti).

Thursday, July 28, 2011

COMO PIENSAS DEFINE LA VIDA QUE EXPERIMENTAS

Leemos, se nos habla, o hemos oído hablar del poder de la mente. Hemos escuchado en una que otra ocasión que nuestros pensamientos se manifiestan tarde o temprano, y que tienen un poder que desconocemos, aún hoy con tanta avanzada tecnología. En estos últimos tiempos, se está haciendo alto hincapié en que podemos transformar nuestros mundos transformando nuestra manera de pensar, y que prácticamente es lo único necesario para hacer nuestros sueños realidad. Y nos preguntamos: Cómo va eso?
Algo que sabemos, sin duda alguna, es que todo ser humano piensa, incluso los considerados o calificados como retardados mentales. Yendo un poco más lejos, podemos afirmar que aún las personas que se encuentran en estado comatoso, o en coma, tienen actividad mental. La cuestión está en quién tiene a quién: nosotros tenemos los pensamientos, o es lo contrario (los pensamientos nos tienen a nosotros)?
El cerebro trabaja en automático; tiene funciones que regularizan esa maravillosa y divina maquinaria que es nuestro cuerpo físico, y re-acciona a las acciones o interacciones de ese cuerpo con todo aquello que lo rodea. Si nos cortamos con un cuchillo o el filo de una hoja de papel, si nos quemamos con un fósforo, si alguien grita nuestro nombre, o nos pica un insecto. Si nos llevamos ese dulce tan sabroso a la boca, si levantamos algo muy pesado o si alguien nos sonríe. Menciona lo que quieras, y el cerebro está en control de procesarlo, by default. Una vez concluye el proceso, envía una notificación a la mente, y pensamos: "Ouch! Me picó un mosquito", "Ya me corté!", "Esto sí pesa, Dios mío!", "No reconozco a esa persona que me sonríe", y así por el estilo.
El cerebro es el órgano anatómico. La mente es otra cosa, si se le puede llamar "cosa". Es la "sustancia", la esencia, la "vida" del cerebro. La mente no está en automático, y a diferencia del órgano en que reside (el cerebro) tiene niveles, capas, estados, que van desde los muy superficiales a los súper profundos. El cerebro es a la mente como el cuerpo es al alma, lo material a lo inmaterial, ó lo visible a lo invisible. Pues bien, de lo que hablamos hoy en día es de la mente y su poder, no del cerebro en sí mismo.
Nuestro cerebro está ahí; es el receptáculo de nuestra mente, con sus funciones propias, sincronizadas y en perfecta armonía. Podríamos decir que éste es inmutable, está diseñado a la perfección. Sin embargo, la mente... La mente es como la arcilla, el barro, la plastilina. Es maleable (como algunos metales), es mutable, moldeable; se puede "educar", alterar, modificar, y desgraciadamente, influenciar. A pesar de estas cualidades, hay niveles de la mente que, una vez "diseñados" son sumamente difíciles de modificar o cambiar. Y es precisamente aquí, donde enfrentamos los retos.
Aquí llegamos al punto de las vidas pasadas; hacer alusión a un tema tan debatido y en tela de juicio como es la reencarnación es casi inevitable cuando se profundiza en este tema. Hay varias premisas que deberíamos de mencionar antes de seguir pero que son, en sí mismas, temas de debate también. De todas maneras, asumamos que en verdad Dios nos creó a Su Imagen y Semejanza (Dios es eterno, no muere y no tiene un cuerpo físico); por ende, tenemos que aceptar que 35, 70 o 105 años no son la eternidad, y que la muerte es simplemente un cambio de "vestido" para el espíritu (que es eterno, a imagen y semejanza de Su Creador). Entonces, podemos imaginar efectivamente que nuestra manera de pensar, o consciencia, ha sido forjada/esculpida/creada a través de nuestra(s) vida(s). Solo con esto tenemos por ahora.
La razón principal por la cual debemos hacer referencia a las vidas pasadas o encarnaciones es los diferentes niveles de nuestra mente pero, para nuestro propósito aquí, los vamos a distinguir como comúnmente se hace: el consciente y el inconsciente o subconsciente. Digamos que nuestro subconsciente es todo aquello -entiéndase: ideas, pensamientos, impresiones, percepciones- que ha sido archivado a través de toda(s) nuestra(s) vida(s) en los niveles menos superficiales de nuestras mentes o más profundos; mientras que el consciente es el otro extremo, ya que está en la mera superficie.
Como el consciente lo podemos manejar, monitorear, controlar si queremos, es la vía para influenciar/modificar/transformar el subconsciente. Tengamos en cuenta que el subconsciente fue consciente en principio. El subconsciente no fue primero y después el consciente. Todo lo contrario! El subconsciente es la suma de un sin número de pensamientos previos, originados en el consciente. Es el mismo concepto de la construcción de una casa; la zapata es lo primero, no cabe duda. Hasta donde tenemos conocimiento, todavía un edificio no se ha comenzado a construir por el techo o su último piso.
Basándonos en la ley física que afirma que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo lugar en el espacio, nos atrevemos a decir que lo mismo ocurre con los pensamientos. Por ejemplo, si un perro es negro, no puede ser marrón; puede ser negro Y marrón, pero no los dos colores a la vez. Así mismo, un pensamiento suplantará a otro en la medida que validemos a uno más que al otro. En otras palabras, todo pensamiento que se tenga consciente y voluntariamente, en la superficie, eventualmente sustituirá al pensamiento similar, o relacionado con, en el subconsciente.
Digamos que por vida(s), has pensando que eres una persona enfermiza. Si comienzas a pensar ahora mismo, conscientemente, que eres una persona saludable, afirmándolo constantemente, sobretodo cuando el pensamiento de que eres enfermiza aflore (nótese el verbo "aflorar"), eventualmente ese pensamiento de enfermedad será anulado/eliminado/sustituido/invalidado por el de salud, y los resultados serán tan efectivos y satisfactorios como los de la más maravillosa de las medicinas.
Esto ocurre siempre, constante y continuamente, con cada pensamiento o idea que tenemos. Es inevitable! Pensamiento que tienes, pensamiento que se manifiesta... tarde o temprano. Es una ley universal, como la de la gravedad. Aún podemos ir más lejos; no solo el pensamiento arraigado en nuestros niveles mentales más profundos nos afecta sino que también, lógicamente, los efectos experimentados por ese pensamiento y todo lo que se relacione con éste. Volvamos al convencimiento de que "soy enfermiza". Si todo comenzó con una gripa y esa gripa se convirtió en una neumonía; la neumonía me puso en cama, y eso me afectó la espalda; debido al dolor de la espalda, no caminaba como debía... Captas la idea? "Soy enfermiza; además, sufro de..."
Nuestros pensamientos son causas (o los causantes de), son el origen de todo, absolutamente todo lo que manifestamos y experimentamos. Dios pensó antes de hacernos (léase La Biblia). Y mientras el subconsciente tiene la última palabra, el consciente nos permite hacerle la lucha, batallar, hasta vencerlo. Es por eso que en un "post" anterior sugeríamos la práctica de "acechar" nuestros pensamientos, monitorearlos, para sustituir los negativos con los positivos. Sugeríamos también tratar de escribir acerca de algo sin utilizar la partícula "no", y si se utilizara, contar cuántas veces hacía.
Finalmente, queremos sobresaltar que es innecesario el tratar de racionalizar cómo hemos llegado al nivel de consciencia que tenemos, o definir el por qué pensamos de una forma o de otra. Lo que sí es necesario es que te des cuenta, que lo detengas a tiempo, que comiences ya, ahora mismo, a trabajar para sustituir todos los pensamientos que son negativos para ti, con sus opuestos. Para nosotros, este tema está inconcluso, pero tus comentarios y preguntas nos servirán para ampliarlo adecuadamente. DEMiSDETi.

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