35 Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?
36 Necio! Lo que tú siembras no revive si no muere.
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Les es necesario nacer de nuevo.
Para que una persona pueda cambiar su vida, para bien o para mal, su personalidad vieja -compuesta por sentimientos, pensamientos, acciones y reacciones- debe literalmente morir para que nazca una nueva persona/personalidad. Esto significa “nacer del agua y del Espíritu”.
37 Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de brotar, sino el simple grano, ya sea de trigo o de otro planta;
El cuerpo es como un árbol ya crecido. La semilla es el rasgo de tu personalidad que has decidido cambiar para (re)nacer, (re)sucitar, (re)surgir, (re)novarte.
38 pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.
Tu consciencia [Dios] se encarna en el cuerpo físico que creaste antes de nacer. Un cuerpo no es más que el vehículo físico imprescindible para encarnar. Cada sentimiento y cada pensamiento que creas (de los verbos creer y crear, YO CREO) es una semilla.
39 No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves.
El cuerpo físico que elegimos en cada vida es una herramienta de aprendizaje, y está estrechamente relacionado con el propósito de cada encarnación. En otras palabras, la elección de un cuerpo esbelto, atlético, o deforme, es parte de la evolución del alma. Lógicamente, las bestias, los peces y las aves, y cualquier otra expresión de vida “en-la-carne” (encarnada) es distinta una de la otra.
40 Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.
“Como es arriba, es abajo”, Ley Universal de la Correspondencia. Esta Ley Universal también se cumple en “como es adentro, es afuera”. Un ser viviente tiene un cuerpo físico, pero también tiene uno emocional, y otro mental y uno etérico. El alma es la esencia, la energía que activa, le da vida, a todos estos cuerpos. Celestial significa “del cielo”, y los cielos tienen simplemente dimensiones con frecuencias diferentes a las de la tierra, donde también existen otras tantas. La gloria es un grado evolutivo, un estado que se alcanza a medida de que el alma evoluciona/progresa. Efectivamente, ese estado de gloria difiere de acuerdo al nivel de evolución de cada cuerpo, independientemente que que plano se encuentre: en la Tierra o en el Cielo.
41 Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.
La idea anterior presentada con otros ejemplos. También aquí se refiera a los diferentes planos y dimensiones.
42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. [43] Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. [44] Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.
La (re)surrección es sinónimo de (re)surgir, (re)nacer, de (re)encarnar. El alma resucita cada vez que reencarna [vuelve a la carne]. Pablo se refiere al renacimiento acerca del cual el Maestro Yeshua le habló a Nicodemo. Debemos morir a nuestras viejas formas/modos/maneras/hábitos para que renacer a las nuevas. Si las formas/modos/maneras/hábitos/manías actuales nos disgustan, y queremos ser diferentes, entonces debemos “morir” a éstas, para “nacer” a las nuevas que nos gustan, nos hacen felices, nos satisfacen.
45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.
Un alma (Adán) antes y después de su evolución, cuando sale de la Fuente Divina Creadora, hasta cuando regresa de vuelta a ésta.
46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.
Esta es una afirmación netamente relacionada con la evolución. En un principio. actuamos como por instinto, para luego hacerlo en base a la sabiduría adquirida mediante las experiencias vividas durante las encarnaciones, hasta convertirnos en lo que verdaderamente somos: espíritus!
47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. [48] Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. [49] Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
En este versículo, Pablo hace referencia a los estados evolutivos que puede alcanzar un alma como el primer y el segundo hombre.
50 Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
En los planos invisibles, o inmateriales, los opuestos se rechazan. Lo contrario sucede en el mundo físico: los polos opuestos se atraen (Ver Magnetismo/Electromagnetismo). La carne y la sangre son físicos; por lo tanto, corresponden al plano físico/material. Cuando nos “desvestimos” de nuestros cuerpos físicos (morimos), éstos se transforman en los elementos primarios de los cuales estaban compuestos (ver Leyes de la Termodinámica) y. por ende, es imposible que “vayan” a donde no pertenecen.
51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta.
NO TODOS DORMIREMOS, PERO TODOS SEREMOS TRANSFORMADOS!
Hasta la próxima Nota,
Arivle, un alma encarnada.
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